Creo que fue la única persona que ame realmente en toda mi vida, que ame con pasión, ternura y cariño. Era como mi mejor amigo. Pero en ese entonces, yo era demasiada chica como para ver lo que tenía delante de mis ojos, para darme cuenta y querer admitir que estaba frente al amor de mi vida, frente a esa persona con la que me imaginaba por el resto de mi vida. Vos me decís, “Si, pero a los 14 años cualquiera que está en pareja y está enamorado se cree que va a vivir con esa persona el resto de su vida”… Es una idea estúpida, lo sé… Pero hasta el día de hoy me sigue sonando coherente.
Era la única persona que conocí que de desvivía por hacer que deje de llorar, la única capaz de regalarme “el mundo entero” solo para mi, aunque eso solo significara regalarme un pequeño globo terráqueo de vidrio justo con una carta siendo él una persona que odiaba escribir, y nunca había escrito cartas.
Le falle en mil cosas, y el también me fallo. Conocí su peor lado y en momentos pensé que lo odiaba, pero es inevitable, no puedo odiarlo, aun así cuando lo veo hasta el día de hoy todo mi alrededor desaparece. ¡Y NI HABLAR SI SONRIE!
Por lo menos el si logró darse cuenta y asimilar que las cosas realmente terminaron y hay que seguir adelante cada uno por su lado, porque es lo mejor. Y creeme que (creo que) lo sé, he intentado seguir adelante con mi vida, pero siempre algo me termina llevando a él, a recordarlo, a querer cruzar unas pocas palabras, preguntarle como esta y alegrarme por lo feliz que es, porque lo mínimo que quiero de él es que sea feliz este con quien este, porque sé que se lo merece.
Creo que ya es hora de simplemente, dejarlo atrás, como he logrado dejar atrás a otros amores… Pero supongo que en todo este tiempo mi cabeza se negó y rechazó la idea de dejarlo en el pasado, sabiendo que todavía lo quiero en mi futuro.
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