Dos estupidos enamorados.

“Si me das tu amor todo el resto se puede olvidar”

¿Te acordás de esa época? ¿Te acordás de ese verano? Vos te escapabas de tu casa para venir y pasar la noche entre risas, besos y algo más. Me obligabas a levantarme a las 4am a hacerte chocolatadas super dulces. Te escapabas y venias a mi sólo por mis caprichos, porque quería que vengas, porque quería asegurarme de tenerte cerca todos los días posibles, porque sabía que mucho no iba a durar. Creo que no me equivoque en eso.

Tu amor, tus ganas de intentarlo, tu confianza en mí, no duro más de lo que dura un fosforo en consumirse. Se fue en un parpadeo de ojos. No me dejaste siquiera disfrutarlo, y yo tampoco supe hacerlo.


Sé que fui terca y tuve todos mis errores, pero vos te llevaste el premio de traidor e inmaduro. Y una parte de mi sigue gritando dentro de mi “Volvé… Volvé y seamos lo que nunca pudimos ni intentamos ser”, pero yo prefiero callarme y dejar que pienses lo que quieras al no darte explicaciones. 

¿Qué querés que te diga? Todavía te espero, pero ahora no solo te espero a vos. También espero el día en el que deje de esperarte y poder seguir por mi cuenta y poder realmente al ver a otras personas, encontrar a ese que me va a demostrar lo equivocada que estoy al pensar que el amor es una estupidez, y las relaciones no sirven más que para lastimarse uno con otro. Aunque esperaba que “ese” fueras vos, ¿Lo serias?

Rocio Zabala.