19 de febrero de 2011
Ay ay aaaaay!
Lo bueno de sufrir una catástrofe amorosa es que SIEMPRE, luego de eso llega algún boludo a iluminarte el camino y darte suficiente distracción como para no darle tanta importancia a lo que pasó. ¡Ustedes sí que sirven para algo cuando quieren!
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