Temblas. No sabes por qué pero es lo que tu cuerpo quiere hacer. Como cuando inconcientemente te acercas cada vez más a él cuando lo tenes al frente tuyo. Tus rodillas son de plastilina y menos mal que estas sentada, de lo contrario caerías y no estaría él para agarrarte.
Ya pasaron casi 2 hs y estas arriba del colectivo. Se
despidieron dulcemente y vos todavía pensas en eso. No tenes ni la mas pálida
idea de donde estas y a dónde vas. Tu cuerpo está ahí, sentado en el asiento nro.
11, pero tu mente quedo a 60km con imágenes y sensaciones de momentos atrás que
recordas mientras miras por la ventanilla como si fuese una tv en donde están pasando
tu novela favorita.
Te sentís estúpida y te reis por eso. ¿Hacia cuanto que no
te sentías una tonta y te reías? ¿Desde cuándo te sentís cómoda con eso? No te
importa. Ignoras la cuestión y muchas otras cosas más. No queres pensar, queres disfrutar. Te hace bien. No sabes por qué pero hace que todo el prejuicio,
miedo y rechazo que sentías por ciertas cosas lo tires al carajo con una gran
sonrisa en el rostro. No sabes por qué pero su rostro, su boca, sus manos, su voz te hacen bien.
Rocilda.Z.
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